En una reciente sesión médica, al final de su brillante disertación sobre manejo agudo del infarto al miocardio, pregunté al expositor:
¨¿Está de acuerdo en que en los últimos 45 años se ha disparado la obesidad, diabetes e hipertensión, al punto de considerarse una epidemia grave"
La pregunta era para el expositor, pero todos los colegas presentes casi al unísono respondieron un firme SI.
“¿Está también de acuerdo que estos son los factores de riesgo - a parte del sedentario - más importantes en la enfermedad cerebro-cardio-vascular?¨
De nuevo, sin dejar siquiera que contestara, todos dijeron que sí una vez más, lo cual sinceramente no me sorprendió, ya que es un hecho demostrado y más que aceptado.
Entonces agregué:
"En los años´70 la (prestigiosa) Asociación de Cardiología de Norteamérica emitió una serie importante de recomendaciones para cambiar el esquema y la pirámide nutricional, que por ende afectó y modificó profundamente la industria alimentaria y el consumo de carbohidratos en la población.
La correlación estadística es abrumante e innegable.
Entonces, ¿Estaría de acuerdo que esas recomendaciones están equivocadas?"
La correlación estadística es abrumante e innegable.
Entonces, ¿Estaría de acuerdo que esas recomendaciones están equivocadas?"
Quise explicar mi punto de que la ingesta de azúcar - directo e indirecto por consumo de carbohidratos en granos (integrales o no por igual), sin verdadero fundamento científico, fueron considerados "sanos" y base de la dieta recomendada, y que esto - sin lugar a dudas- "disparó" en los últimos 40 años, una poderosa industria que estimula el excesivo consumo de carbohidratos como comidas rápidas, preparados, gaseosas, y cereales. Es un hecho que estos están causando un altísimo consumo de azúcar que tiene efectos nefastos en nuestro metabolismo… ...pero, fue nadar contra corriente, y decidí dejar la discusión para otro momento.
NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER
Una enorme y creciente masa de evidencia demuestra que las recomendaciones nutricionales actualmente aceptadas como correctas, están profundamente equivocadas.
Estamos en un punto de que muchos renombrados científicos y un grupo creciente de clínicos consideramos que estas recomendaciones son la causa principal de la epidemia de obesidad, así como co-responsables del exagerado incremento de Alzheimer, Parkinson, Depresión, Ansiedad, Déficit Atencional, y muchas otras enfermedades digestivas, osteoarticulaes y cardiovasculares, por sobre carga de azúcares a nuestro metabolismo.
Nuestra dieta alta en carbohidratos y baja en grasas es contraria a nuestra historia evolutiva y nuestro legado genético (cazadores/recolectores).
No fue sino hasta hace un "instante" en nuestra historia que empezamos a consumir trigo y otros granos, y en menos de un parpadeo evolutivo, empezamos a consumir azúcares refinados y alimentos procesados que nos están enfermando.
El trigo que consumimos actualmente es MUY DISTINTO, y en nada similar, al trigo de hace 10 mil años, y está contaminado con muchas toxinas (cortesía de la poderosa corporación transnacional Monsanto) con lo que es sistemáticamente rociado para su cultivo masivo, lo cual afecta severamente nuestra flora bacteriana normal y nuestra salud intestinal.
DEMONIZAMOS A LAS GRASAS, PERO LOS VERDADEROS VILLANOS SON LOS CARBOHIDRATOS
- Coma pescados aceitosos, (macarela, atún, salmón), pollo y res de pastoreo, no de granja de producción masiva alimentados con granos (transgénicos y contaminados con pesticidas), criados con esteroides y antibióticos en sitios hacinados y nada sanos.
- Su cuerpo produce mucho más colesterol que el que usted consume. No le tenga miedo al colesterol en la dieta. Éste NO es el causante de la enfermedad cerebro/vascular. El colesterol de la dieta es indispensable para el metabolismo normal de hormonas y el adecuado funcionamiento cerebro.
- Los triglicéridos y el colesterol “malo” se disparan por la dieta alta en carbohidratos… no por las grasas saludables (y necesarias) que consumimos.
- Tema a los aceites vegetales (altos en Omega-6), a los productos "light" cargados de azúcares escondidos y disfrazados como “saludables” (avena integral y similares). No solo lo engordan, sino que lesionan su cerebro y producen un ambiente inflamatorio en su organismo.
- Use sal marina, no sal refinada.
- Si debe endulzar use miel de abeja. Evite los edulcorantes artificiales (demostrados neurotóxicos)
- Elimine granos y reduzcan sus carbohidratos al mínimo, y consuman solo una porción de fruta al día.
- Como tan orgánico como sea posible, y no consuma tomates, fresas ni hortalizas cultivadas con pesticidas y agro químicos.
- Tome una copa de vino tinto al día y suplemente todos los días con 1 ó 2 grms de Omega-3.
- Haga ejercicio diariamente. No olvide que para su cerebro y corazón, ser sedentario equivale a fumar un paquete de cigarrillos al día.
- Finalmente -pero no menos importante- evite el gluten y el azúcar como si fueran la peste!
Excepto en casos muy especiales y con condiciones muy específicas, las estatinas -un negocio de $39 billones anuales (similar al PIB de Panamá)- NO son la solución. Éstas son hepatotóxicas, producen impotencia, diabetes, depresión, daño muscular, pérdida de la memoria y mucho más.
Cambie la dieta… no tome estatinas!
Hace 150 años los médicos hacían diagnóstico y tratamiento de enfermedades neurológicas y psiquiátricas, por evaluación de la morfología del cráneo… ahora lo vemos como algo ridículo y sin sentido, pero en su momento era - al igual que las recomendaciones nutricionales altas en carbohidratos - era una ciencia aceptada!