La mayoría de las veces, los problemas espinales se pueden manejar con terapia, dieta, medicación, ejercicio e incluso procedimientos ambulatorios mínimamente invasivos... pero cuando no, puede ser que una cirugía esté indicada.
Cuando sea así, prepárate de la mejor forma posible. Estos son algunos consejos básicos:
Abastécete de comidas pre - hechas.
Hacer comidas con anticipación y congelarlos o comprar comida para microondas y bocadillos saludables es una inteligente medida de preparación. Pequeñas comidas, frecuentes ricas en fibra son los mejores para ayudar a evitar el estreñimiento.
Evita lavar platos.
Utiliza platos de papel, artículos de plástico y vasos desechables. Evite inclinarse sobre el fregadero para lavar los platos o llenar la lavadora de platos justo después de una cirugía.
Ten suficientes camisetas.
Si tu médico te recetará un corsé postoperatorio, asegúrate de que tener una buena cantidad de camisetas de algodón limpias para usar debajo de su corsé.
Eleva la cama.
Es posible que desee elevar su cama un poco para que le sea más fácil entrar y salir de ella.
Contrata ayuda para lavar la ropa y limpiar.
Por un tiempo no serás capaz de lavar la ropa, o cualquier tarea que requiera agacharse o alcanzar cosas. Pon a otra persona a cargo de la ropa y las tareas domésticas por un tiempo, incluso si eso significa que tienes que pagar extra para enviar tu ropa a una lavandería.
La experiencia de cada paciente que se recupera de una cirugía espinal será diferente en función de la situación clínica y del procedimiento realizado.
En general, la cirugía espinal mínimamente invasiva, además de producir mucho menos dolor y molestias post-operatorias, requiere de menores tiempos de estancia intra-hospitalaria, mucho menores tiempos de recuperación, permitiendo al paciente re-incorporarse a sus actividades regulares en mucho menos tiempo.
Asegúrate de preguntar a tu médico acerca de qué esperar para que puedas prepararte apropiadamente.
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