lunes, 12 de mayo de 2014

TUMORES DE LA FOSA POSTERIOR EN LA EDAD PEDIATRICA

Los tumores cerebrales se encuentra en el segundo lugar de los cánceres más comunes en los niños, siguiendo solamente a la leucemia, y por lo tanto son los tumores sólidos más frecuentes en la edad pediátrica.   Los tumores de la Fosa Posterior son un crecimiento anormal localizado en la región posterior del encéfalo en la base del cráneo.

Causas, incidencia y factores de riesgo 

La mayoría de los tumores de la fosa posterior son cánceres cerebrales primarios que se originan en el cerebelo o el tallo cerebral, en lugar de diseminarse desde cualquier otra parte del cuerpo.
Estos tumores no tienen causa conocida ni factores de riesgo asociados con ellos.

Síntomas

Cuando se presentan tumores de la fosa posterior, los síntomas se desarrollan por el efecto de masa (compresión) de las estructuras adyacentes. 
La fosa posterior en sí misma es un espacio pequeño y confinado por lo que cualquier tumor que allí se desarrolle puede bloquear el flujo de líquido espinal y originar rápidamente un aumento de la presión en el cerebro y hasta en la médula espinal. Entre los síntomas asociados con el aumento de la presión intracraneana los más frecuentes son:
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Dolores de cabeza
  • Somnolencia
  • Ataxia (falta de coordinación en la marcha)
  • Falta de equilibrio
Los síntomas ocasionados por los tumores de la fosa posterior también se presentan cuando el tumor lesiona las estructuras locales como los nervios del cráneo o por los efectos de la hidrocefalia. Entre algunos de los síntomas de la lesión en los nervios craneanos se encuentran:
  • Pérdida de la audición
  • Deficiencias en el campo visual
  • Desviaciones del ojo
  • Inestabilidad al caminar
  • Debilidad del músculo facial
  • Pupilas dilatadas
  • Pérdida parcial de la sensibilidad en la cara

Signos y exámenes

El diagnóstico se realiza sobre la base de todos los antecedentes y en un examen físico completo seguido de estudios radiológicos. La mejor manera de visualizar la fosa posterior es a través de una resonancia magnética.  El TAC es un estudio incompleto de la anatomía de esta zona, y una radiación al niño que se debe evitar.
La craniotomía posterior (cirugía cerebral abierta) o la biopsia estereostáctica (utilizando instrumentos especiales para obtener una pequeña porción del tumor) se pueden utilizar con el fin de obtener tejido para el diagnóstico.
Los tumores de la fosa posterior usualmente requieren una extirpación quirúrgica, inclusive si son benignos (no cancerosos). Esto se debe a las delicadas estructuras en el área que pueden ser comprimidas.

Tratamiento

La mayoría de los tumores de la fosa posterior se extirpan quirúrgicamente. Ocasionalmente se utiliza radioterapia posoperatoria, dependiendo del tamaño y del tipo de tumor, pero en general, la resección quirúrgica total es el objetivo primordial terapéutico.
Las técnicas modernas de resección mediante aspiración ultrasónica, neuronavegación, microcirugía y monitoreo electro fisiológico ha mejorado los resultados quirúrgicos y mucho mejor pronóstico para los pacientes.
En el tratamiento de la hidrocefalia - frecuentemente concomitante en el momento del diagnóstico - debe, idealmente, evitarse la implantación de un mecanismo derivativo de LCR, ya que puede ser un medio para metastasis de tumores malignos.
Tercer ventriculostomía endoscópica o ventriculostomía externa temporal son estrategias terapéutica que deben considerarse siempre como primera alternativa en el manejo de estos pacientes.   

Grupos de apoyo

El estrés causado por la enfermedad a menudo se puede aliviar con la vinculación a un grupo de apoyo, cuyos miembros comparten problemas y experiencias comunes.

Pronóstico

El pronóstico depende de la prontitud con la que se detecte el tumor y se realice la cirugía. La obstrucción completa del flujo del líquido cefalo raquídeo ocasiona herniación de estructuras cerebrales y muerte, pero si los tumores se detectan antes de que esto suceda, se puede realizar una intervención quirúrgica asociada con una tasa favorable de supervivencia a largo plazo e incluso curación.

Complicaciones

  • aumento de la presión intracraneana
  • hidrocefalia
  • hernia de estructuras encefálicas
  • parálisis del nervios craneanos

Prevención

Se desconoce cómo prevenir los tumores de la fosa posterior.

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